Buscar este blog

sábado, 6 de agosto de 2016

Aún hay jaulas vacías

Mi abuela se enfadaba
y reñía
a mi abuelo
cada vez
que soltaba a un pajarito de esos que ella compraba en el mercado,

a lo que él decía
y defendía
que jamás
ninguna criatura debía estar enjaulada.

Yo supongo que ese amor
por libertad
viene de traspasar
tal vez un par de campos de prisioneros.

A veces por no tener tiempo de pararte a escuchar
pasa el tiempo de poder hacerlo.

Me he comprado un canario.
Por recordar.

En lo que seguro que no voy a tardar
es en romper
cada barrote de su jaula

y dejarlo ir.

Al final
la herencia más valiosa
es
un sentimiento fuerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario